El pasado 18 enero, los fieles rusos se entregaron a la tradición ortodoxa anual de zambullirse en los agujeros hechos en el hielo de las aguas congeladas. Esta vez fue diferente: otros años tenían que hacer agujeros de hasta 1 metro de espesor en el hielo y "Este año no hay hielo y por lo tanto no hay agujeros : los fieles tendrán simplemente que saltar al agua fría", dijo el diario ruso más popular, el Komsomolskaya Pravda.
Los creyentes tomaron su baño bajo una copiosa lluvia y 10 grados Celsius. Según una portavoz del centro meteorológico de Moscú, este invierno ha sido el más templado desde 1879.
Conclusión: al río sin neopreno para purificar el alma.
Más información en El universal y en Reuters.
23/1/07
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